Viaje

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Desde la Mistela en Betania, queremos viajar con el sol que nos abandona.

viernes, 20 de mayo de 2011

El amor por la literatura y la muerte de la amistad.

Generalmente el escritor, lo único que posee es el honor y la honra.
Por eso cualquier posición que asuma frente a los demàs, si es sincera, descomplicada, clara y pura tiende a ser peligrosa para èl, o negativa para otro autor.
En éste país, donde no solo la polìtica es corrupta., como admitiera un periodista-escritor y polìtico e hijo de la farándula quien llegó a afirmar con certeza: "Es mas corrupto el periodismo que la misma polìtica".
Los ejemplos abundan en la provincia, donde una noticia, un artículo, una exigencia popular son publicados únicamente si media, la amistad, las invitaciones o el dinero. En la grán ciudad, los casos son màs velados, pero ocurren.
Ese tema lo propuse con timidez, rayana en el quiebre de mi voz, el pasado sàbado 14 de Abril en la feria del Libro a raiz del conversatorio entre ABAD FACIO LINCE y OSPINA. El primero aceptó conocer casos en el periodismo radial. El segundo se limitó con ese, su nuevo aire sideral, a decir no conocer un solo caso.
"Eppur si muove"...Los casos, si ocurren. Aunque no se admitan y precisamente aùn, en el periodismo cultural. Que en la enemistad produce negativas crìticas, que en la amistad rompe el traje con las adulaciones.
Bueno, el hecho de haber expresado mi opinión sobre la novela EL AMOR Y LA MUERTE, me trajo la ruptura de la amistad con su autor, el tocayo Marco Tulio.
En el año 2.002 a raiz de la feria y la publicación de su novela, nos encontramos y claro, leí su novela  de inmediato y con cierta alegría. Mas lo que encontré en ella de acuerdo a mi humilde saber y entender fuè lo escrito con sinceridad  que procurè enviar via email.
Desde ese día del trabajo,  se fueron al piso nuestras banderas.
Se enfriaron nuestras alegrìas, si puedo atenerme a lo que escribiera en la dedicatoria del libro el autor:
" Para Marco Polo. Bastò una linea para recordar otro tiempo. No màs feliz pero sì diferente. Con afecto.M.T. Aguilera Garramuño.
Claro, el tocayo no tiene nada que ver con el tema que propusiera yo, sin eco, en la feria pasada. Pero si, como digo arriba en la muerte de la amistad.
El texto puede ser ingenuo, y hasta falto de profundidad pero jamàs carente de sinceridad y afecto.




"Querido Tocayo:


LA SALVACIÓN DE LA MUERTE.


No había pensado en el efecto que puede producir en un escritor, el hecho de saber que hemos leído su libro de un tirón.


Es decir comenzar su lectura cerca de las dos de la tarde y arribar a la página 244 hacia las nueve de la noche, sin mayor esfuerzo.


Por supuesto que debe incidir en tal apremio, el afecto y regusto del reencuentro. El recuerdo del paseo por Neiva (Huila, no Coahuila) en “El Juncal”, un terreno con efectivos distritos de riego para el sembrado del arroz, donde las parcelas remiendan de verde y amarillo el paisaje. La música, los sanjuaneros y bambucos y el efecto doloroso de la sangría a borbotones que me impulsó aquella vez a dedicarle un cuento, que vislumbra la urgencia de ser felices y salvarnos por medio de la escritura.


Pero no. No es solo un hecho tan subjetivo. Tiene que ver con la técnica de elaboración de cada capítulo, lo que permite avanzar por el libro como dentro de un laberinto fresco de cipreses. Torcemos a la izquierda, a la derecha y debemos seguir buscando. Y a casi todos los lectores nos pasa. Nos buscamos allí, en forma de una teoría, un relato, una frase que nos refresque otra vez la necesidad de escribir. (Recuerda, solo soy un cuentista sin mas pretensiones que las de narrar o sacar las historias que hacen parte de mí).






Al citar los dos misterios de los cuales va a disertar creemos que se tratará de un ensayo harto académico. Pero no. Lo comienza a explicar con otro misterio, con el tiempo. Y remontamos teorías del universo creyendo, llegaremos a descifrar la propuesta.


Al final su material será simple, el polvo de las estrellas: Lo humano.


Un personaje que fue tildado en público como “agonista” lleva al narrador por todas las esferas de la memoria y la historia siendo aquel plural y diverso.


Entonces vuelvo a recordar el epígrafe del cuento de “las premoniciones” en el cual mediante una frase de Borges, el escritor pretende pellizcar al lector y requerirlo ni mas ni menos que a SER FELIZ. Y uno no se imagina a Borges en esas. Pero si entiende que la copia de la “PIAF” en al novela de Aguilera Garramuño, EDITH : “Nunca fue feliz”.


Como aquella.


Y fue infeliz, por los hombres, esposos e hijos a quienes cargó sus pequeñeces y amarguras y en silencio guardó sus secretos y perversiones, como un cofre de madera antiguo y perfecto a la vista, pero que fue depositando no las joyas de sus queridos, sino resumiendo sus karmas, rencores, incongruencias e incapacidades. Como un verdadero libro secreto. ¿Porqué odiarla entonces? ¿Por la mala interpretación de su búsqueda?


Estaba impelida a ser feliz.






La forma de la novela la establece el misterio también de no conocer la madre. La forma procrea el contenido, de allí la facilidad de su lectura, pero no de su comprensión.


Entonces la justificación de todos los narradores y las cartas que se repiten golpeando ciertos puntos no imaginados por el escritor, que lo llevan a exponer cómo, su dureza le permite discernir en la posibilidad de sentir placer ante la muerte de un ser amado. Porque el descanso de la familia, luego del funeral es real. Si alguien lloró de verdad, o simplemente se cohibió de hacerlo en público, el descenso del cadáver y las paladas de tierra no tienen otro fin que sellar el dolor y el cansancio:






“Por Francés Haslam, que pidió perdón a sus hijos por morir tan despacio”






Por eso el personaje, pasa a un lado de la historia. Con la historia privada de sus seres queridos guardada. Negando su lugar que no puede ser comprado por una medalla o un cuadro en una sala del Congreso. Huye mas bien, hacia otra búsqueda como una verdadera madre cuyo singular premio es siempre un hijo, y es más valioso ser llamada “madre de la revolución” o “revolucionaria” por haber castigado a una monja, que el ejercicio del poder y la política en cualquier estadio, movimiento o partido ya que éste siempre será igual de corrupto o inútil y la farsa de la ilusión socialista, peronista o gaitanista no lleva a otro final distinto que la farsa, donde los maricas se hacen héroes y los hombres se degradan finalmente, cuando se descubren en su verdadera esencia humana: Simple polvo. Simple mierda.


Entonces volver al amor y la muerte, para intentar discernir si fueron las diferencias de edades las que impidieron el desarrollo del amor? O mas oscuro aún, será cierto que después de los 55 años comienza el descenso de la vida de un hombre, de un escritor, cuando el escritor siempre será un trasgresor, como lo es el autor, quien aquí se está preguntando como todos sus lectores, si está produciendo su obra de arte, si en verdad es la palabra alcanzada al decir de Hans Sachs citado por Nietzsche, o si por el contrario hasta las putas buenas, que antes fueron finas damas no pueden producir poesía o filosofar:






“Amigo mío, la verdadera obra del poeta


es cifrar y traducir sus ensueños,..”






Arribando a casi la mitad del libro el narrador me toca, como si hubiese una extraña consaguinidad. Frente a ese encuentro con el pequeño relato de la primera experiencia laboral y el desarrollo de la historia de Xanat, aportan un nuevo ritmo a la novela. Esta se agiliza por la reiteración temática del autor que con tacto verdadero detiene en el centro el relato, como una especie de aireación, al admitir con Navokov “adorar a las ninfas” como es su mujer frente a esos amores truncos o patológicos que no alcanzaron a ser amores, porque fueron pagados con los jornales de domésticas nínfulas, perseguidas por la recua de “niños bien” como lavando ya la obsesión, que tornose realidad, o dejando fluir el cinismo de haber exprimido mujeres, sin hablarles de amor.


Entonces viene el desencanto por la inexistencia de la justicia y el descubrir que un verdadero amigo es quien nos juzga. Que el supremo placer es la trasgresión o la maldad.


No entendemos si hubo otro secreto para la madre “Piaf”, o si es verdadero el secreto que Saraí devela, donde se atisba el incesto que involucra su silencio eterno, con padre y hermano, sino que reproduce mas como salvación que maldición en sus hijos, porque con ello abrió las puertas de su paraíso y permitió que la catarsis como objeto de la literatura procure la salvación del escritor.










MARCO POLO.






Bogotá Mayo 6 de 2.002.