Hoy volví a verla.
Pintada por Enrique Santos Discépolo.
Y no pude evitar el regreso.
Era un pueblo irreal como la adolescencia.
No supe que fue mas corrosivo;
Si buscar el primer empleo,
o persistir en el sueño de la niña doncella.
Le di largas a la imaginación como un desquite.
Y consentí con el engaño de oir un: te quiero.
Todo era un juego hasta jugarlo.
Solo el tiempo me enseñó
que persistir es la felicidad.
Me enternece escuchar el tango,